¿Por qué Jesús bajó al infierno si era un hombre perfecto?
Primeramente es necesario establecer que la Biblia JAMÁS dice que Jesús bajó al infierno, esa es una doctrina de los romanistas, y como muchas otras que sostiene ese credo, no se encuentra en las Sagradas Escrituras.
Primeramente es necesario establecer que la Biblia JAMÁS dice que Jesús bajó al infierno, esa es una doctrina de los romanistas, y como muchas otras que sostiene ese credo, no se encuentra en las Sagradas Escrituras.
Lo que la Biblia afirma es que Jesús descendió al Hades:
(Hch. 2:27) “Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción”. (Hch. 2:31-32 “viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos”.
Muchos han sido los teólogos que han pretendido dar una interpretación muy particular de lo que significa ese lugar. Pero yo me quedo con la que entregó el Señor Jesucristo:
Lc. 16:19-26 (Jesús dijo:) “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”.
Los retractores de esta enseñanza del Señor Jesucristo, pretenden desacreditar este pasaje de la Biblia sosteniendo que se trata de una parábola. Pero la verdad es que aunque consistiera en una parábola, en nada resta su validez y autoridad divina, porque las parábolas fueron dichas por el Señor Jesucristo para revelarnos verdades celestiales, a través de hechos terrenales.
Y en este punto es necesario aclarar ¿Qué es una parábola? Parábola es una historia de sucesos terrenales que se añade al relato para explicar cosas espirituales. Nunca incluye nombres de personas, porque representa situaciones generales de la vida diaria. Por ejemplo: Un sembrador, el buen samaritano, los dos deudores, etc. Sin embargo aquí en Lucas. 16: 20 especifica que era un mendigo que se llamaba Lázaro. Y la situación se desarrolla en la eternidad, no acá en la tierra.
Pero como decía anteriormente, en nada hace perder su brillo y verdad, que este relato que hace el Señor consista en una parábola o en un hecho real que él cual Hijo eterno de Dios fue testigo, porque la enseñanza del pasaje es muy evidente.
El Hades era el lugar donde iban las almas de todos los muertos antes de la cruz de Cristo, pero que tenía dos compartimentos muy definidos, y separados uno del otro de una forma inalcanzable para pasar de un lado al otro.
Un lado, el de tormento, era el destino de todos los que morían en sus propios pecados. La otra sección era el lugar de consolación, donde fue Lázaro, llamado también el Paraíso.
La palabra “Seol” proviene del hebreo y el vocablo “Hades” del griego. Ambos significan exactamente lo mismo: “Lugar donde moran los espíritus que se han separado de sus cuerpos a consecuencia de la muerte física” No es la morada eterna de ellos.
LUGAR DE TORMENTO. Algunos ejemplos bíblicos de los que partieron a ese lugar.
Nm.16:30 y 33 (Los que pecaron y se levantaron contra Moisés, Dios los hizo descender vivos al Seol).
Salmos 9:17 “Los malos serán trasladados al Seol”.
Job 24:18/19 “Así también el Seol a los pecadores”.
Salmos 55:15 “Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas”.
Proverbios 7:27 “(La ramera) camino al Seol es su casa”.
DESTINO DE LOS CREYENTES DE LA ANTIGUA DISPENSACIÓN que fueron a ese lugar (antes de la resurrección del Señor Jesucristo). Conocido también como lugar de consuelo, Seno de Abraham o Paraíso, que aunque formaba parte integrante del Hades, estaba absolutamente separado del lugar de tormento.
Génesis 37:35 -Jacob
Isaías 38:10 -Rey Ezequías
Salmos 16:10 -David
Lucas 16:22/23 -Lázaro
Lucas 23:43 -El ladrón arrepentido y Jesús (Hch.2:31).
El Hades tenía dos secciones muy diferentes. El Señor lo describe de una forma muy precisa en la historia del Rico y Lázaro de Lucas 16. Los creyentes del Antiguo Testamento miraban el Seol con temor y esperaban salir de allí un día. Creían en la resurrección del cuerpo.
Daniel 12:2 “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”.
Job 19:25 “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”.
Salmos 16:10 “No dejarás mi alma en el Seol”.
Salmos 49:15 “Dios redimirá mi vida del poder del Seol, porque Él me tomará consigo”.
El Señor luego de morir en la cruz, descendió al Hades, al lugar de consuelo, Paraíso o como también se le denomina, Seno de Abraham, para proclamar allí que la obra de la expiación había sido consumada, y sacar a los creyentes del Antiguo Testamento que habían muerto en la fe y obras de sacrificios que solamente eran figuras del verdadero.
Hechos 2:31 “habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades”.
Lucas 23:43 (Jesús le prometió en la cruz al ladrón que moría arrepentido) “De cierto te digo que HOY estarás conmigo en el paraíso” que era la sección del Hades donde estaba Lázaro y todos los creyentes del Antiguo Testamento. Pero JAMÁS estuvo en el lugar de tormento del Hades, que era donde iban los inconversos.
Efesios 4:7/9 “Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad…y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?”.
Testificó personalmente que la obra redentora que anunciaban los sacrificios de animales en la antigüedad, había sido consumada por el verdadero Cordero de Dios.
Llevó cautiva la cautividad de los santos del Antiguo Testamento que hasta entonces estaban en el HADES, en la parte correspondiente al Seno de Abraham (Lucas 16:19-31), como le indicó al ladrón arrepentido en la cruz, quién fue el último en llegar a ese lugar, el paraíso.
Luego de satisfacer la justicia de Dios que demandaba que, la paga del pecado es muerte y sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados; cuando hubo testificado personalmente de los triunfos de la Cruz, de su victoria sobre aquel que tenía el imperio de la muerte, llevó a todos aquellos que se encontraban en el lugar de Lázaro con Abraham en el Hades, hasta la mismísima presencia de Dios.
Desde entonces el HADES ha sido lugar exclusivo de la morada de los espíritus de los pecadores que aguardan su juicio final. Después de la cruz de Cristo es sinónimo de INFIERNO, porque la sección del “seno de Abraham” o paraíso, quedó vacía. Todas las almas de los creyentes, del Antiguo Testamento y de la iglesia, están ahora en el cielo.
Apocalipsis 20:13/15 “la muerte y el HADES entregaron los muertos…y el HADES fueron lanzados al lago de fuego”.
La doctrina del Nuevo Testamento para las almas de los redimidos, es que al morir no van al Hades, sino para estar con Cristo en la gloria quien está sentado a la diestra de Dios Padre en el cielo.
Juan 14:2-3 “voy, pues, a preparar lugar para vosotros…para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Juan 17:24 “Padre…quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo”.
2° Corintios 5:8 “estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”.
Filpenses l:23 “deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”.
En conclusión, Cristo jamás fue al infierno, sino que a su muerte, fue al paraíso o lugar de consolación, como le aseguró al ladrón que se arrepintió en la cruz. Hoy está sentado a la diestra de Dios Padre, hasta donde llegan todas las almas de los creyentes de la iglesia.
Y los inconversos van al lugar de tormento del Hades, donde aguardan la resurrección final para comparecer ante el Gran Trono blanco y desde allí ser lanzados a su destino eterno, que es la muerte segunda.
Apocalipsis 20:13-14 “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.
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