Quizás has decidido que es el momento de iniciar una familia. Pero, ¿estás preparada? Si haces algunos cambios en tu estilo de vida ahora, podrás darle a tu bebé el mejor comienzo posible. Lee esta lista para poner tu vida a punto para ser mamá.
Haz una cita con tu doctor Aún no necesitas elegir al doctor o partera que te ayudará a dar a luz, pero concierta una cita con tu médico de cabecera o tu ginecólogo habitual para que te haga una revisión previa a la concepción. Tu doctor revisará el
historial médico tuyo y de tu familia, tu estado actual de salud, y las medicaciones que estás tomando. Algunas medicaciones son peligrosas durante el embarazo, y deben cambiarse por otras incluso antes de empezar a buscar un bebé, porque se almacenan en tu grasa corporal.
Tu doctor también debería hablar contigo sobre tu alimentación, tu peso, el ejercicio que haces y cualquier hábito poco saludable que puedas tener (como fumar, beber alcohol o usar drogas). También te recomendará vitaminas, se asegurará de que estés al día con todas tus vacunaciones , te hará pruebas para saber si eres inmune a la varicela y la rubeola y contestará cualquier pregunta que puedas tener. Si hace ya más de un año desde la última vez que te vio, también te harán un examen pélvico y un Papa Nicolau (citología vaginal), y te harán pruebas para ver si tienes alguna enfermedad de transmisión sexual, si es que presentas factores de riesgo.
Algunas parejas, dependiendo de su origen étnico o su historial médico familiar, también pueden solicitar pruebas genéticas para descartar la presencia de condiciones específicas, como anemia de células falciformes, enfermedad de Tay Sachs o fibrosis quística.
Si deseas más información sobre las pruebas médicas que necesitarás, consulta nuestra lista sobre cómo preparar tu cuerpo para un embarazo.
Toma ácido fólico (y vigila la vitamina A) Tomar un suplemento de ácido fólico es crucial. Al tomar 400 mcg de ácido fólico al día durante por lo menos un mes antes de concebir y durante el primer trimestre de embarazo, puedes reducir entre un 50 por ciento y un 70 por ciento las posibilidades de tener un bebé con defectos del tubo neural como espina bífida, según el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC for sus siglas en inglés). Tomar ácido fólico también ayuda a prevenir otros defectos de nacimiento.
Puedes comprar suplementos de ácido fólico en la farmacia, o puedes tomar un complejo vitamínico prenatal o de otro tipo. Si tomas vitaminas que no son prenatales, revisa la etiqueta para comprobar que contienen 400 mcg de ácido fólico.
Comprueba también que tus vitaminas no contengan más de la dosis diaria recomendada de 770 mcg RAE (2,565 IU) de vitamina A, a menos que la mayoría sea en forma de beta caroteno. Tomar un exceso de ciertos tipos de vitamina A puede causar defectos de nacimiento.
Si no estás segura de qué vitaminas tomar, pídele a tu proveedor de salud que te recomiende un suplemento.
Deja el alcohol, el tabaco y las drogas (y pide ayuda si la necesitas) Si fumas, bebes o usas drogas, es hora de dejarlo. Numerosos estudios han demostrado que fumar, consumir drogas y tomar demasiado alcohol durante el embarazo están asociados a abortos espontáneos, bebés con bajo peso al nacer y nacimientos prematuros. Recuerda que algunas drogas pueden permanecer en tu sistema incluso después de que se te haya pasado el efecto.
Además, las investigaciones sugieren que el uso de tabaco puede afectar tu fertilidad y reducir la contabilidad de esperma de tu pareja.
El alcohol también puede dificultar la concepción, así que es buena idea reducir el consumo cuando empieces a intentar quedar embarazada. Abstente de tomar durante las últimas dos semanas de tu ciclo, por si acaso has quedado embarazada. Tomar alcohol durante el embarazo puede causar defectos de nacimiento y otros problemas en tu bebé.
Dejar hábitos poco saludables puede ser muy difícil. No dudes en hablar con tu proveedor de salud. Puede aconsejarte o referirte a algún programa para ayudarte a dejar los malos hábitos.
Nuestros consejos para dejar el tabaco también te pueden ayudar.
Mejora tu alimentación Aún no estás comiendo por dos, pero ahora más que nunca, la nutrición adecuada es esencial, para que tu cuerpo esté repleto de los nutrientes que necesitas para un embarazo saludable.
Trata de comer por lo menos dos tazas de fruta y dos tazas y media de vegetales cada día, así como muchos cereales o granos integrales y alimentos que contengan mucho calcio, como leche, jugo de naranja fortificado con calcio y yogur. Come también una variedad de proteínas, como frijoles (alubias, judías), nueces, productos de soya, ave y carne.
Reduce la cafeína Aunque los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuánta cantidad de cafeína es seguro consumir durante el embarazo, todos coinciden en que tanto las mujeres embarazadas como las que están intentando quedar embarazadas deberían evitar consumir grandes cantidades de cafeína.
Algunos estudios asocian el consumo elevado de cafeína con una reducción de la fertilidad. Y el exceso de cafeína también se ha asociado con un riesgo de aborto espontáneo, según algunos estudios (no todos).
La organización March of Dimes recomienda a las mujeres embarazadas limitar su consumo de cafeína a 200 miligramos por día, que es aproximadamente la cantidad que se encuentra en una taza de café. Limitar tu consumo a esta cantidad desde ahora es un buen objetivo.
Consulta un cuadro que detalla cuánta cafeína contienen varias bebidas y alimentos.
Evalúa tu peso Puede resultarte más fácil concebir un bebé si tu peso es saludable. Si quieres saber si tu peso está por encima o por debajo de lo normal, o en su rango ideal, consulta nuestra calculadora del índice de masa corporal.
Si tu peso no es saludable, subir o bajar de peso puede ayudarte a concebir un bebé y a empezar el embarazo con buen pie. Habla con tu doctor para determinar cuál es la mejor forma de llegar a tu peso ideal.
Vigila el pescado que comes Si te encanta el pescado, tendrás que empezar a vigilar el tipo de pescado que comes. Aunque es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3 (que son importantes para el desarrollo del cerebro y los ojos del bebé), así como proteína, vitamina D y otros nutrientes, también contiene mercurio, que puede ser dañino.
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que las mujeres embarazadas deberían comer pescado, pero evitando los que contienen altas cantidades de mercurio de metilo y otros contaminantes, y limitando el consumo de los demás pescados. La Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos, (FDA por sus siglas en inglés) recomienda que las mujeres que están en edad de concebir eviten comer tiburón, pez espada, caballa y blanquillo y que no coman más de 6 onzas (1 porción) de atún blanco en lata a la semana. También es buena idea evitar los pescados de ríos o mares locales, a no ser que estés segura de que las aguas no están contaminadas.
La FDA recomienda que las mujeres embarazadas coman hasta 12 onzas (2 porciones) de pescado a la semana, que no contenga mucho mercurio. Algunas buenas opciones son truchas criadas en granja piscícola, arenques, salmón y sardinas.
Consulta esta lista de pescados con dosis altas y bajas de mercurio en español, de la universidad de Purdue.
Elabora ¡y sigue! un plan de ejercicios Un buen programa de ejercicios te proporcionará tres beneficios importantes: resistencia, energía y flexibilidad. Necesitarás las tres cosas para levantar y llevar un bebé, y correr detrás de un niño pequeño. Además, hacer ejercicio es una forma estupenda de reducir el estrés, que puede hacer la concepción más difícil.
Un programa de ejercicio saludable incluye 30 minutos o más de ejercicio moderado, como caminar, nadar, andar en bicicleta y levantar pesas, casi todos los días de la semana.
Para aumentar tu flexibilidad, prueba hacer estiramientos o yoga. Una vez estés embarazada puedes seguir con tu programa de ejercicio a no ser que tu embarazo presente alguna complicación.
Si no estás muy acostumbrada a hacer ejercicio, empieza despacio, como por ejemplo caminando entre diez y 20 minutos cada día. Añade un poco más de actividad a tu rutina diaria subiendo las escaleras en lugar de tomar el ascensor o aparcando tu auto un poco más lejos que de costumbre.
Visita a tu dentista No olvides tu salud bucal. Hay evidencia de que los cambios hormonales que experimentas durante el embarazo te hacen más susceptible a infecciones en las encías. Además el aumento del nivel de progesterona y estrógeno hace que las encías reaccionen de forma distinta a las bacterias que residen en la placa dental, y estarás más propensa a tener encías sangrantes, hinchadas, rojas y adoloridas cuando te lavas los dientes.
Por eso es buena idea hacerte una revisión y una limpieza dental antes de quedar embarazada, con el fin de prevenir complicaciones en el futuro. Si no te han hecho una limpieza dental en los últimos seis meses, es hora de acudir al dentista.
Descubre si puedes hacerte empastes dentales durante el embarazo
Averigua cuál es tu historial médico familiar Averigua todo lo que puedas sobre el historial médico de tu familia y el de tu pareja, incluyendo la existencia de cualquier condición genética o cromosómica como síndrome de Down, anemia drepanocítica, fibrosis quística, enfermedad de Tay-Sachs o problemas de coagulación de la sangre. También necesitas saber si alguno de tus familiares tiene retraso mental o cualquier otro retraso del desarrollo o si nacieron con algún defecto anatómico, por ejemplo en el corazón o en el tubo neural.
Esta información puede determinar si es recomendable hacerte algunas pruebas genéticas, o si es buena idea que tú y tu pareja reciban consejería genética incluso antes de empezar a intentar un embarazo.
Elimina los peligros ambientales Algunos trabajos pueden ser peligrosos tanto para ti como para el bebé que estás esperando. Si estás parada todo el día, viajas mucho en avión o estás expuesta a sustancias químicas o radiación de forma habitual, posiblemente necesites hacer algunos cambios antes de quedar embarazada.
Recuerda también que algunos productos de limpieza, pesticidas, disolventes y el plomo proveniente de cañerías de agua corriente antiguas, pueden ser dañinos para un bebé en desarrollo. Coméntale al médico en qué consiste tu rutina diaria e intenta encontrar formas de evitar o eliminar los peligros en tu hogar y en tu lugar de trabajo.
Ordena tus finanzas Es normal pensar que, a nivel económico, nunca es realmente un buen momento para tener un bebé y que por tanto no vale la pena esperar por motivos financieros, pero eso no significa que no intentes ahorrar un poquito antes de quedar embarazada. Después de todo, muchos estudios han demostrado que tener un bebé es muy costoso y los gastos continúan durante 20 años o más.
Descubre cómo ahorrar en los siete gastos principales del bebé
Llama a tu compañía de seguros Aunque falten muchos meses antes de que te toque pagar las cuentas del hospital, es buena idea informarte ahora de lo que cubre tu seguro médico. Llama a tu compañía de seguros y averigua qué pruebas y procedimientos cubre tu póliza y cuáles serán los gastos deducibles iniciales por las visitas prenatales y el parto. Si tus gastos deducibles son muy altos, quizás te convenga empezar a ahorrar un poco para no encontrarte con una cuenta demasiado alta al final.
Ten presente que, sin seguro médico, un parto vaginal típico cuesta más de 9.000 dólares y una cesárea puede costar más de 15.000 dólares en los Estados Unidos.
Si eres una de los miles de mujeres que no disponen de cobertura médica, consulta nuestro artículo sobre los recursos de apoyo disponibles durante el embarazo y el parto en Estados Unidos. Si vives en otro país consulta en el sitio web del ministerio de salud de tu localidad para informarte sobre un plan médico gratuito al que te puedas afiliar. En México, por ejemplo, si no tienes seguro de gastos médicos ni seguridad social, puedes buscar afiliarte a la sección “Embarazo seguro” del Seguro Popular, que también protege a tu bebé cuando haya nacido.
Considera tu salud mental Las mujeres que padecen depresión son dos veces más propensas a tener problemas de fertilidad. Si tienes un historial personal o familiar de depresión, habla de ello con tu médico antes de quedar embarazada. Él podrá referirte a un sicólogo o a un siquiatra para una consulta.
Los dos tratamientos más eficaces contra la depresión son terapia cognitiva de comportamiento y medicación. Si necesitas medicarte, un siquiatra puede encontrar un antidepresivo que sea seguro durante la concepción y el embarazo. También puedes probar formas naturales de reducir el estrés, como yoga y meditación. Algunos estudios sugieren que puede ayudar a mujeres que están deprimidas a concebir un bebé.
Evita las infecciones Es muy importante evitar en lo posible las infecciones cuando estás intentando quedar embarazada, especialmente las que podrían hacerle daño a tu bebé.
Evita algunos alimentos, como quesos blandos y otros productos lácteos sin pasteurizar, embutidos fríos, pescado crudo o aves poco cocinadas. Estos alimentos pueden albergar bacterias peligrosas que causan listeriosis, una enfermedad que puede causar un aborto o el nacimiento de un bebé sin vida. Evita también los jugos sin pasteurizar, ya que podrían contener bacterias como salmonella o E.coli.
Lávate las manos con frecuencia cuando cocines, y asegúrate de que tu refrigerador esté a una temperatura entre 35 y 40 grados Fahrenheit (2 y 4 grados Celsius) y tu congelador a 0 o bajo 0 grados F (-18 grados C) para que los alimentos no se echen a perder.
Es buena idea llevar guantes cuando trabajes en el jardín o toques la arena del arenero, y pedirle a otra persona que limpie la caja de arena del gato para evitar contraer toxoplasmosis, otra infección que podría ser peligrosa para tu bebé.
Finalmente, ponte la vacuna de la gripe, para evitar enfermarte de gripe durante el embarazo. La gripe durante el embarazo podría causar complicaciones serias.
Analiza detenidamente tu decisión Un hijo exige un compromiso para toda la vida de cariño, cuidado, alimentación, vivienda, educación y atención, entre otras muchas cosas. Por eso, antes de decidir tener un bebé, es importante que tanto tú como tu pareja sean realistas y piensen en lo que están emprendiendo. Ésta es, después de todo, una decisión que cambiará sus vidas para siempre. Algunas de las preguntas clave a considerar son:
¿Están los dos igualmente decididos a ser papás?
¿Han pensado en cómo encararán las responsabilidades del cuidado del niño y cómo llegarán a un equilibrio entre el trabajo y la familia?
¿Están preparados para la posibilidad de que el bebé tenga necesidades especiales?
¿Están preparados para reducir sus viajes y actividades de ocio para acomodar los nuevos gastos?
¿Han pensado de qué manera ser papás puede cambiarlos y cambiar su relación?
Tener un bebé les cambiará radicalmente el universo. Para algunos, es lo más natural del mundo pero para otros puede ser un verdadero shock e incluso crear mucha tensión en la relación de pareja. Hablar con amigos y familiares que han tenido hijos antes y preguntarles cómo el bebé cambió sus vidas puede prepararlos a entrar en este nuevo periodo con expectativas realistas.
Descubre cuándo ovulas Algunas mujeres simplemente dejan de tomar anticonceptivos cuando quieren quedarse embarazadas. Otras prefieren planearlo todo cuidadosamente y tratan de descubrir cuándo son sus días más fértiles para quedar embarazadas más deprisa.
Usa nuestra calculadora de la ovulación para darte una idea. Si quieres información más precisa, empieza a registrar en una gráfica tu temperatura basal y los cambios en tu flujo vaginal. Tomar nota de estos síntomas durante varios meses te ayudará a saber cuándo estás ovulando durante cada ciclo menstrual.
Los kits para predecir la ovulación también te pueden ayudar. Estos kits detectan ciertas hormonas en tu orina o cambios en tu saliva o en tu piel, que indican que estás a punto de ovular. Puedes encontrarlos en farmacias.
Deja de tomar anticonceptivos Para algunas personas dejar de tomar anticonceptivos equivale simplemente a guardar los condones o diafragmas en el fondo de un cajón. Pero dejar los anticonceptivos hormonales requiere un poco más de planificación.
Si has estado tomando la píldora, por ejemplo, es buena idea terminar el paquete que empezaste, para evitar periodos irregulares. Puede llevar unos meses que tus ciclos se regulen, pero muchas mujeres son fértiles desde el mes siguiente a dejar la píldora. Algunas son fértiles casi inmediatamente. Lo mismo sucede con el parche y el anillo anticonceptivos.
Algunos médicos aconsejan usar un método de barrera, como un condón, hasta que tengas un periodo normal después de dejar la píldora, el parche o el anillo. Esperar hasta tener un periodo normal puede ayudarte a establecer una fecha prevista de parto más precisa y ayudarte a establecer un calendario de pruebas que deseas hacerte durante el primer trimestre de embarazo.
Si quedas embarazada antes de tener un periodo regular, no te preocupes. Un ultrasonido también puede ayudarte a establecer la fecha de parto.
Si usas Depo-Provera, puede llevarte hasta un año empezar a ovular de nuevo después de tu última inyección, aunque tus periodos empiecen antes.
0 comentarios:
Publicar un comentario